Impuestos que debe pagar un autónomo en España: todo lo que tienes que saber

DERECHO FISCAL

Alex León

12/7/20253 min read

Ser autónomo en España implica libertad para gestionar tu propia actividad, pero también asumir obligaciones fiscales y de cotización. En esta guía encontrarás explicado de forma clara, sin tecnicismos y con ejemplos, todos los impuestos y pagos que debe afrontar un autónomo, cuándo se presentan y qué debes tener en cuenta para no cometer errores.

1) Cuota de autónomos: lo primero que pagas cada mes

La primera obligación de cualquier autónomo es la cuota mensual a la Seguridad Social, que da derecho a prestaciones como asistencia sanitaria, jubilación e incapacidad.
Desde la implantación del sistema por tramos, la cuota depende de tus ingresos reales y puede variar. Elegir la base adecuada es importante para no pagar de más ni comprometer tus futuras prestaciones.

Consejo: utiliza siempre un simulador antes de fijar tu base o pedir un cambio de tramo.

2) IRPF: cómo tributa un autónomo

El IRPF es el impuesto que grava el beneficio real de tu actividad (ingresos menos gastos). Tiene dos partes:

a) Retenciones en factura:
Si eres profesional (abogado, diseñador, consultor, etc.), muchas de tus facturas incluirán retención de IRPF. El cliente te pagará menos dinero, pero esa cantidad quedará ingresada a tu favor en Hacienda.

b) Pagos fraccionados trimestrales (modelo 130):
Cada trimestre, la mayoría de autónomos deben ingresar a cuenta un porcentaje de su beneficio. Esto evita que la Declaración de la Renta salga con un pago enorme al final del año.

Ejemplo:
Si facturas 3.000 € y tienes gastos de 1.000 €, tu beneficio es 2.000 €. Sobre esa cantidad pagas el porcentaje correspondiente en el pago trimestral.

3) IVA: cómo funciona y cuándo se paga

La mayoría de autónomos deben declarar el IVA trimestralmente. Debes sumar el IVA que cobras a tus clientes y restar el IVA de tus gastos. Si cobras más del que pagas, ingresas la diferencia; si has pagado más, puedes compensarlo.

El resumen anual se presenta una vez al año, pero lo importante son las liquidaciones trimestrales.

Ojo: hay actividades exentas (por ejemplo, sanitarias o educativas). Si tu actividad está exenta, no declaras IVA.

4) Declaraciones adicionales que pueden afectarte

Además de los impuestos principales, según tu actividad podrías tener que presentar:

  • Modelo 111: si practicas retenciones en tus facturas o tienes empleados.

  • Modelo 115: si pagas alquiler de un local sujeto a retención.

  • Modelo 347: si haces operaciones anuales de más de 3.000 € con algún cliente o proveedor.

  • Modelo 349: si trabajas con empresas o profesionales dentro de la Unión Europea.

No son impuestos como tal, pero sí obligaciones informativas importantes. No presentarlos puede generar sanciones.

5) IAE: ¿debes pagarlo?

El Impuesto sobre Actividades Económicas existe, pero la buena noticia es que la mayoría de autónomos no lo pagan porque están exentos mientras su facturación anual sea inferior a un millón de euros.
Aun así, debes estar dado de alta en tu epígrafe correspondiente.

6) Gastos deducibles: clave para pagar menos

Una parte esencial de la tributación del autónomo es saber qué gastos puedes deducir legalmente. Son deducibles los gastos necesarios para ejercer tu actividad: material, equipo, alquiler del local, formación, suministros (si trabajas desde casa), seguros profesionales, amortizaciones, etc.

Cuantos más gastos deducibles tengas correctamente justificados, menor será tu beneficio y menos pagarás.

Consejo: guarda facturas, tickets y todo soporte que pruebe que el gasto está directamente relacionado con tu actividad.

7) Qué régimen fiscal te conviene

Como autónomo puedes tributar por:

  • Estimación directa (normal o simplificada): la mayoría. Tributas por tus ingresos reales.

  • Estimación objetiva (módulos): solo para ciertos sectores y actividades muy concretas.

El régimen determina qué modelos presentas y la forma en que calculas tus impuestos. La mayoría de autónomos están en estimación directa.

8) Qué pasa si te retrasas en los pagos

No presentar a tiempo implica recargos, intereses y posibles sanciones económicas. Cuanto más tiempo pase, más sube la deuda. En casos de gran retraso pueden aparecer embargos de cuentas o bienes.

Si prevés que no podrás pagar un trimestre, pide un aplazamiento cuanto antes. Es fácil de tramitar y evita problemas mayores.

9) Ejemplo práctico general

Imagina un autónomo que en un trimestre:

  • Factura 9.000 €.

  • Tiene 3.000 € en gastos deducibles.

  • Ha cobrado 21% de IVA y ha pagado IVA en sus gastos.

Proceso:

  1. Declara el IVA trimestral: diferencia entre lo cobrado y lo soportado.

  2. Calcula su beneficio: 9.000 – 3.000 = 6.000 €.

  3. Sobre esos 6.000 €, ingresa su pago fraccionado de IRPF trimestral.

  4. Además, paga la cuota mensual a la Seguridad Social.

Este ejemplo muestra por qué es fundamental llevar un control mensual de ingresos y gastos.

10) Checklist para no equivocarte

  • ¿Estás dado de alta en el epígrafe correcto?

  • ¿Presentas el IVA trimestral si corresponde?

  • ¿Ingresas el pago fraccionado de IRPF cada trimestre?

  • ¿Aplicaste retenciones cuando debías?

  • ¿Llevas una contabilidad clara con todos tus gastos deducibles?

  • ¿Tienes un calendario con las fechas fiscales?

  • ¿Has revisado tu cuota de autónomos?